lunes, 3 de enero de 2011

Me moriré de ganas de decirte... que te voy a echar de menos

Escucho la canción dos veces. Con esta ya van tres, solo en esta mañana. Tengo los ojos encharcados en rabia. Estoy esperando una señal que me haga sentir eso que dices. Joder, tengo miedo. Sorbo la nariz y me pongo las manos en los ojos esperando no llorar. Porque no voy a llorar, soy fuerte.
Suena otra vez ese "Recuerdo que al llegar ni me miraste, fui solo una más de cientos, y, sin embargo, fueron tuyos los primeros voleteos". Me acuerdo de ayer. La niebla entró por mis manos y se posó sobre mis huesos hasta que los hizo hielo. Tenía frío y tú estabas allí. No se que esperaba... "Cómo no pude darme cuenta, que hay ascensores prohibidos, que hay pecados compartidos, y que tú estabas tan cerca." Suena haciendo un hueco en mi cabeza. No entendí (ni entiendo todavía) por qué se pasó por tú cabeza eso. Me acaba de dar un escalofrío y no sé si ha sido la canción, el frío o los recuerdos. "Me disfrazo de ti. Te disfrazas de mí. Y jugamos a ser humanos, en esta habitación gris." Recuerdo todos y cada uno de los besos que nos dimos escondidos tras aquel cuarto de baño. No quiero llorar. No lo voy a hacer. "Muerdo el agua por ti. Te deslizas por mí. Y jugamos a ser dos gatos que no se quieren dormir" Dios mío, que alguien pare esa canción. Estoy esperando que des señales de vida y no las das. Estarás viendo la tele en tu casa, o durmiendo o qué se yo. De todo menos pensar en mí. "Mis anclajes no pararon tus instintos, ni los tuyos, mis quejidos. Y dejo correr mis tuercas, y que hormigas me retuerzan." Mi corazón late acorde con el ritmo, y antes de darme cuenta de lo que ha dicho esta última estrofa, ya escucho ese "Quiero que no dejes de estrujarme, sin que yo te diga nada. Que tus yemas sean legañas, enganchadas a mis vértices." Porque al fin y al cabo es lo que quiero. Y rómpeme todos los huesos si es por el abrazo que me des. O déjame sin respiración con un beso. Pero joder, ven. Tengo ganas de ti. Como en aquel precioso libro con final feliz. Mientras vuelve a sonar el estribillo pienso en lo que me haces falta. "No sé que acabó sucediendo, sólo sentí dentro dardos. Nuestra incómoda postura, se dilató en el espacio" Cierro los ojos; el dolor me empieza en las pupilas y pasando pos mis caderas, llega hasta los pies. Los cierro porque no voy a llorar. No. "Se me hunde el dolor en el costado, se me nublan los recodos, tengo sed y estoy tragando, no quiero no estar a tu lado." Entran cada una de esas palabras en mis oídos y llegan a mi cabeza haciendo tanto ruido que... "Me moriré de ganas de decirte, que te voy a echar de menos… Y las palabras se me apartan, me vacían las entrañas" Y sonrío. Sonrío y me aparto de la pantalla del ordenador mientras pienso en que pronto llega la siguiente estrofa. "Finjo que no sé, y que no has sabido. Finjo que no me gusta estar contigo… Y al perderme entre mis dedos, te recuerdo sin esfuerzo" Porque es eso. Te recuerdo sin quererlo. ¿Qué hago? Dame una pista. Vuelvo a recordar ayer. "Me moriré de ganas de decirte..." Le doy al pause y lo dejo así. La canción va a terminar pero no quiero escuchar el último verso. Ahora solo escucho silencio. Soy débil, y lo sabes.
Rompo a llorar. Lloro como una gilipollas, y al fin y al cabo es lo que soy. Cierro el portátil. Y me quedo sentada en la silla. Te quiero. Mucho.

©Alejandra ( http://labioscolormanzana.blogspot.com/ )

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